Caminata por el bosque (libre)

Antes del instituto había cazado, y cuando estaba con la humana gótica, Nicola, quien por cierto me había caído demasiado bien, me habían dado muchas ganas de volver a cazar, o por lo menos correr un poco, eso siempre me distraía y siempre necesitaba un tiempo a solas, con mis queridísimas plantitas y animalitos que podían convertirse en mi aperitivo. No sabía muy bien pero tampoco tan mal, me daba igual. Tenían sangre y eso era lo que importaba, sangre, sangre y más sangre. Y ya me estaba dando hambre, por aquí cerca debía de haber uno que otro oso.

Olfateé un poco. Agh, espero no encontrarme con un endemoniado perro sucio, pensé mientras arrugaba la nariz, odiaba el olor a perro, a licántropo. Puse mala cara mientras pensaba en cuanto odiaba a los licántropos quizás podrían ser celos de que ellos no tenían que estar matando gente a cada rato, ellos, simplemente, las salvaban de nosotros. Quizás era eso, celos. Quizás no, quizás si los odiaba de verdad, los odiaba porque nos quitaban nuestra presa, porque la protegían. Esta bien, sabía que algunas presas humanas eran simpáticas, pero otras no, otras merecían morir.

Hoy definitivamente había conocido a una chica que no me la iba a succionar, sonreí. No, ella podría ser mi amiga, ella me guardaría el secreto y yo guardaría todos los suyos, a menos que viniese un lector de mentes. No me gustaban esos, adivinando tus secretos, entrando en tu cabeza... Agh, como uno lo hiciera... Cielos, no sabría cual podría ser mi reacción, pero una buena no sería. Sí yo le daba permiso, bien, pero sí no, que no lo hiciera porque me podría enojar.

Desde la cima del árbol de donde me encontraba visualicé un oso grande. Relamí mis labios, uhmm... La comida perfecta, y no había nadie cerca, perfecto, sumamente perfecto. Me moví hacia adelante, apunto de saltar encima de él, cuando oí pasos, pude captar su aroma también, y uno que no había olido nunca... ¿Que demonios era ese olor?, inspiré profundamente, quería saber de qué animal o de qué provenía ese olor... Era un olor, dulce, amargo a la vez, apetitoso y no apetitoso, todo a la vez. Bueno, sí era él único en su especie lo dejaría vivir, sólo una probadita... Y ya.

Salté en frente de ellas, eran dos, y eran chicas. quedé de cuchillas, observándolas, una era Híbrido, muy pocos de ésos habían. ¿Y la otra?, ¿Que demonios eres tú...?, me preguntaba mirándola inexpresiva, podía actuar muy bien, eso hacían años de práctica.

-Perdón -me disculpé pues las había visto demasiado tiempo, sin parpadear- Soy Charlotte... ¿Y ustedes? -pregunté con una sonrisa, aunque no podía ocultar que tenía muchas ganas de preguntarle qué era a la chica, la de la izquierda, la que olía peculiarmente extraño.
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OFF: perdón por tardar tando

Allen... Dijo que se llamaba, y también me dijo el nombre de la otra chica, Evanna. Esta última, sentí como clavaba su mirada en mis ojos, los cuales eran verdes oscuros, raros, y un poquito sedientos, siempre lo demostraban mis ojos. Allen estaba un poco nerviosa, mientras Evanna, ella estaba más pendiente de mí que de cual quier otra cosa, dio un paso adelante y yo dudé, entrecerrando mis ojos. ¡Mi cabeza! ¿Ella estaba metida? ¿Qué? Bueno, nada me lo aseguraba, pero sabía que algo estaba allí, que algo latía dentro de mi cabeza, sentí enojo, arrugué mi frente y dí un paso hacia ella, para poder verle la cara mejor, sus ojos eran de un color, como decirlo, eran unos azules celestes, muy atrapantes- ¿Qué... Haces? -pregunté, amenazante, sin dejar de mirarla, debatía en mi cabeza qué rayos podría ser, de que raza, me refiero. Tenía algo de Vampiro sí... Pero no era Vampiro, no completamente.

-Sea lo que sea, para ya, salte de allí, ese no es tu lugar -dije negando con la cabeza, dos veces, exactamente- No me provoques, no ahora -dije con voz desafiante. Era verdad y me chocaba muchísimo que se metieran en mi cabeza, ¿Qué rayos quería encontrar en mi cabeza?. Ojalá yo también pudiera meterme en la suya, y demostrarle lo irritable que era que se metieran en tu cabeza y leerte todo lo que allí había, se suponía que las cabezas eran para tu pensar, a solas. No con alguien más oyendo, se suponía que si pensabas, si completabas frases dentro de tu cabeza, era porque no querías decirlas en voz alta ¿O no? realmente odiaba que se metieran dentro. A demás, no les iba a hacer daño a ninguna, no si no me daban motivo para hacerlo. Yo no era así, es más, yo no era como los demás Vampiros, yo mataba a la gente que se lo merecía, más no a la que me placía, eso me convertía en una vampiro buena, ¿O no?.

Los únicos vampiros malos eran los Vampinenses, ¿Por qué no se metía en la cabeza de ellos? ¿O acaso no podía? bueno, si podía meterse en la cabeza de un vampiro, no veía motivo alguno por el cual no poder hacer lo mismo con un Vampinense.

Allen bajó su cabeza, yo me preguntaba por qué, ni que hubiera visto a un fantasma, aunque bueno, yo me parecía a uno, pálida. Bueno, Evanna también era pálida. Esta última dijo que no estaba haciendo nada, ¿Nada? a mi me parecía algo. Sus uñas, eran largas, no me gustaban las uñas largas, por eso diariamente me las cortaba.

-Así que te pongo mal... ¿Eh? -pregunté, alejándome un poco y dejándo mi "mal humor" de un lado- Tranquila -mi voz sonó más calmada y relajada. Suspiré- No les haré daño, sólo que por acá cerca hay un oso, planeaba comer un poco... Estoy sedienta -confesé, quedando entre Evanna y Allen, ni muy cerca de Allen, ni muy cerca de Evanna.

Me alejé un poco de Allen, olía muy... Bien- Allen, linda, ¿Me haces un favor? -pedí, en susurros- Aléjate un poco, estás tan... Hueles muy bien, demasiado -confesé, alejándome yo también de ella y acercándome a Evanna- ¿Y tú que eres? -pregunté, eso no sonó muy bien- Me refiero a qué raza, sé que no eres humana, eres vampiro pero... -no hallaba como explicarme- Quiero decir, eres vampiro si, de eso no hay duda, pero no eres igual a mí... Tienes algo, más -mis ojos la miraban fijamente a los suyos, interesada, curiosa, deseosa de saber- Y tú... -dije girándome hacia Allen, pero sin irme hasta donde ella- Tu también tienes un olor muy peculiar, algo más que una simple humana -confesé.

Todo esto parecía irreal, nunca había estado en el mismo lugar que dos seres diferentes a mi, diferentes en el sentido de, ser otra cosa más que humanos, ser algo que se supone que no debe de existir.

Las veía dudosas, sobre todo Evanna, era muy desconfiada, me preocupaba un poquito, ¿Pensaría ella que yo estaba mintiendo? no, ella podía meterse en mi mente ¿no? ella podía ver lo que estaba pensando justo ahora... Diablos, era verdad, le había dicho que no, y ella había dicho que no hacia nada, poco a poco sentía como se alejaba, pero estando allí, estando sin estar. O sea, estaba allí, pero no veía mis pensamientos, los respetaba y eso me gustaba.

-Gracias -dije- Por respetar mis pensamientos, digo -me expliqué- Es que no me gusta que se anden metiendo en mi cabeza... Y menos cuando no soy mala, en serio, ni siquiera planeo hacerte algo a ti, Allen -tragué saliva- Porque aunque huelas muy bien, puedo resistirme -sonreí.

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OFF: perdón la tardanza ._.