El diario de Charlie (?)

¿Un diario? me preguntaba mientras lo miraba fijamente, yo estaba en la rama de un árbol, sola, en el bosque, con los distintos aromas: agua proveniente de un no muy lejano arrollo, animales carnívoros y otros vegetarianos, césped y sol, mucho sol, aunque no era un aroma… Pero algo que estaba vivo, allí, que se sentía y casi que se podía oler.
¿Un diario para qué me puede servir? sólo para darme problemas si se me pierde y alguien más lo coge, alguien con quien tenga rose, alguien con quien me lleve mal, descubriría mis más íntimos secretos, por eso nunca antes había tenido uno… Pero, se me hacía interesante tener uno, porque, quería escribir conmigo todo lo que estaba pasando en esta ciudad, en esta pequeña y a la vez grande ciudad, la soleada ciudad de Jacksonville, en Washington. El único lugar donde no había buscado a mi inmortal. Lo llamaba “mi inmortal” ni siquiera sabía su nombre, su edad, su aspecto… Sólo recordaba lo increíblemente pálido que era, muy apuesto, sí, pero más nada. No recordaba su color de cabello, ojos, nada, absolutamente nada.
Suspiré en frente del diario, más vale que comenzara a escribir ahora, lo abrí, escribiendo con una pluma negra “Diario de Charlie” en letras grandes. Mi letra era una hermosa caligrafía, en comparación con antes, que eran sólo horribles garabatos con estúpidos borrones y tachones.

-Bien -dije suspirando- Escribiré algo en tus lindas hojas “diario” -lo llamé- Ni creas que te comenzaré escribiendo “Querido diario” porque no eres tan querido, como crees, no para mí, ¿Sabes? -peleaba sola, patético. No quería empezarlo con un “Querido diario…” no, eso era patético y muy común… Pero, no sabía de qué otra forma comenzar uno, jamás había usado uno, nunca en mi vida había usado uno. Y menos cuando tienes una memoria tan… Amplia.
Suspiré de nuevo- Bien, primero la fecha -dije al tiempo que escribía el día, el mes y el año en la hoja, ubicado en la parte superior derecha, allí me gustaba, sonreí, le iba cogiendo el hilo. No era difícil, pero me parecía patético, allí en el bosque sólo estábamos el ruido titilante del agua del arrollo, los animalitos, el sol y yo, con mi diario en mano y escribiendo la fecha.

Al final de cada escritura, pondría mi firma, sí, era una buena idea.

-Bien -me dije a mi misma, otra vez- No puede ser tan difícil, solo escribe, nadie lo leerá… -si bueno, uno no podía estar segura de eso ¿Qué tal si alguien me lo cogían? nadie podía darme una respuesta a eso, nadie. A menos que fuera alguien que viera el futuro, mi futuro.
Y entonces recordé sobre mi poder, hasta ahora no lo había descubierto, o sí lo había descubierto y no lo sabía… ¿Cómo podía ser? había estado pendiente de ello todo el tiempo, había investigado, pero… Era muy, muy poco probable que tuviese un poder ¿Cuál sería? ¿Lo descubriría aquí en Krollend? ¿Lo haría? ¿O no lo haría?

Empecé a escribir sin darle importancia a lo que decía:

“Ayer conocí a una chica, era joven, unos 19 o 18, le calculo. Su nombre es Nicole, ella va al mismo instituto que yo y es gótica. A parte de que quiere ser Vampiro, quizás yo le cumpla su deseo, pero no estoy segura de poder hacerlo, seguramente ella preferiría que lo hiciese un Vampiro hombre. Uno muy apuesto, así como los describen en los libros, algo así como un Lestat D’lioncourt.

Oh, sí a mí me hubiese convertido Lestat, qué feliz sería. Muy feliz en verdad, nos hubiésemos ido a ¿Francia, quizás? ésa era su ciudad natal, después de todo. Oh, que feliz hubiese sido de nacer allí, era un país bien lindo, ya lo había visitado, era realmente hermoso, de echo allí había conocido a Vampiros, sí, más vampiros a mis relaciones… Aunque muy pocos, ya que yo no socializaba mucho, que digamos, era así como Nicole, antisocial.”

Escribí aquello e hice una pausa para alzar mi vista y mirar hacia la punta de los árboles, suspirando ¿Sí yo convertía a Nicole… Ella asesinaría a sus amigos? ¿Estos regresarían con ella al verla conmigo e igual de pálida? bueno, de algo sí estaba segura, ella dejaría de ir al instituto, yo no le iba a permitir que matara a esos niños, eran pequeños todavía mejor sería… Convertirla alejada del instituto, o que por lo menos si se puede resistir a la sangre humana y abstenerse de matar a sus antiguos amigos, todo podía salir bien y ella volvería al instituto, pero antes no… Eso sería horrible, la matazón que pudiese haber si ella va antes de dejar de ser neófita.

Bajé mi vista nuevamente para seguir escribiendo:

"A veces, diario, me pregunto si encontraré a mi inmortal, ¿Lo encontraré? ¿O lo perdí para siempre? eso parece muy convincente, haberlo perdido, ¿O habrá muerto? es lo que siempre me pregunto ¿Qué tal si ya se olvidó de mi? un "chico" no se puede acordar de algo así, un vampiro mata mucho… Demasiado para que se acuerde sólo de mí ¿Y si es un Vampanes? ¿Y si ya no me quiere porque no soy Vampanes si no una simple Vampiro?”

Escribí eso, hasta allí lo dejaría, una página nada más. Estaba bien, ¿Qué más podía contar? hasta los momentos estaba bien, luego escribiría otras cosas, sí, luego.
-Ahora ya tengo hambre… -susurré cuando vi un oso abajo, rondando cerca. ¿Dónde se supone que dejaré mi diario? porque… No tengo casa, ni dónde quedarme… Ningún lugar. Miré hacia todos lados, bueno, en ése nido no se va a ver, pensé cuando vi el nido abandonado de un pájaro, lo corrí de allí y puse mi diario, escondido.

-¡Ahora a comer! -dije divertida.