Ficha de Charlie ~

-Nombre del Personaje: Charlotte Maia Diem.

-Edad: Aparenta diecisiete pero tiene noventa y cinco años.

-Fecha de nacimiento: Cuatro de octubre del mil ochocientos noventa y siete (04-10-1897)

-Especie: Vampiro ~

-Lugar de Origen: Italia, Florencia.

-Fecha de Transformacion: Treinta y uno de octubre del mil novecientos catorce (31-10-1914)

-Habilidad: --

-Descripcion Fisica:

Spoiler:

-Descripcion Psicológica:
*Cuando era humana: Le encantaba sumergirse en sus pensamientos, adoraba hablar, extrovertida, divertida, amable y sincera, típica chica ingenua y dulce, adoraba los animales y odiaba que la gente los maltratase. Odiaba a las chicas fresitas rositas (como le gusta llamarlas), no era vengativa pero sí se enojaba fácilmente, era algo difícil de explicar ya que era muy dulce. Enamoradiza, solo de ver a un chico lindo ya estaba loca por él.
*Al pasar de los años y siendo vampira: Ya no le gusta sumergirse en sus pensamientos aunque suele hacerlo todavía, no habla tanto como antes, prefiere callarlo todo, aunque claro, hay cosas que no se pueden callar. Algo introvertida por esa razón, aunque suele sacar a flote como era antes, extrovertida. Sigue siendo divertida, pero no tanto como antes, amable y sincera, eso no ha cambiado. Ya no es la chica ingenua que era antes, todo eso ha cambiado, ahora es fuerte y no se deja llevar por nadie ni que la manipulen. Le dan igual los animales, ni le van, ni le vienen. sigue odiando a las chicas fresitas rositas, eso va a ser para siempre, o al menos eso piensa. Un poco vengativa y ya no suele enojarse tan fácilmente, como antes. ¿Enamoradiza? desde siempre y para siempre, aunque ahora le importa más lo de adentro que lo de afuera.

-Historia (Mínimo 6 lineas): Italia, Florencia. Treinta y uno de octubre, mil novecientos catorce.

-¿Quién eres y qué haces aquí? -pregunté, inocente y asustada. Él sonrió, malévola y fríamente, mirándome a los ojos, unos ojos que estaban apunto de llorar, y parecía que él disfrutara de eso. Parecía que le agradaba.

-¿Yo? -preguntó él, irónicamente y acercándose a mí, lentamente- Yo no importo... -dijo, como si se tratara sólo de mí ¿Es que así era? ¿Sólo de mí? ¿Y qué había echo yo?- Tú... Querida, eres mi presa -me estremecí, el se había parado por unos minutos, a cinco pasos de mí, en mi habitación, yo estaba cerca de la ventana y él de la puerta. Llegó hasta donde estaba en un abrir y cerrar de ojos. ¡Qué rápido era!- Y yo, tu cazador -estas fueron las últimas palabras que escuché que decía, pues luego me tomó en sus manos, dirigiendo su cabeza a mi cuello, el cual estaba desarropado, me mordió. Y yo solo pude cerrar mis ojos para experimentar el dolor más fuerte que jamás se pueda sentir.
Tenía que morir, él había, o estaba bebiendo toda mi sangre, sabía lo que era, un vampiro. Sentí cómo había abandonado mi cuello, sufrí, pues quería que acabara conmigo de una vez por todas, me estaba dejando morir muy dolorosamente. Ese dolor que sentía no se podía comparar con nada, era horrible, un sufrimiento doloroso... Largo. Pensaba que él se había marchado, me había dejado en mi cama, me había arropado y por último, me ofreció de su sangre, se cortó la muñeca con un cuchillo que guardaba y luego me tendió su brazo.

-Tómala, y serás inmortal, más fuerte, más ágil -sonó muy tentador, yo dudé, y muy tímidamente cogí su brazo con mis dos manos, bebí hasta que dijo que parara, y lentamente él retiró su brazo, y muy, muy dulcemente me dijo-: Volveré, algún día, y tú... Ya serás inmortal -fueron las últimas palabras que oí venir de él. Claro que él se fue, pero mis gritaron quedaron, haciéndose más fuertes casa vez que lo hacía.

Pasaron minutos, quizás horas, para mí fueron días, mis gritos despertaron a mis padres, quienes subían las escaleras de la casa apurados, enfadados y gritando groserías para mí, yo sólo podía contestar con mis gritos ahogados. Cuando abrieron la puerta de un tirón quizás fue tanto el susto de verme allí, en mi cama, moviéndome de manera extraña y gritando, mientras tenía la marca de dos colmillos en mi cuello, que había quedado pálido debido a que quedaba poca sangre en mi cuerpo, quizás solo quedaba una gota, o quizás nada luego de que aquél vampiro, hermoso y sumamente pálido me mordiera, que se quedaron paralizados.

Nunca volví a ser la misma persona, quizás nunca vuelva a hacerlo, no tengo la mínima intención de ser como antes, ahora soy más fuerte, más ágil y sobre todo, más bonita, en una Vampiro me convertí, como una Vampiro "viviré" y como una Vampiro "moriré".

¿Qué qué pasó con mis padres? ¡Ah, sí! los maté. Se preguntarán por qué, yo sé muy bien las razones... A demás, necesitaba sangre, ¿Cómo los maté? muy fácil.

Esa noche, ellos no sabían qué hacer, yo aún estaba convulsionando y gritaba, quizás había despertado a los vecinos. Me levanté de la cama, experimentaba un pequeño ardor en la garganta... Me pedía algo, pero no era comida, en lo absoluto. Era algo que me esperaba en la puerta, estaban asustados, yo sonreí, no quería hacerlo pero de alguna forma me sentía fuerte y más ágil, como me había dicho el vampiro, yo ya era inmortal. Pero él no estaba y yo lo esperaría, para siempre, sí podía, aunque... ¿Por qué no podría? ¿Qué me podría pasar? bueno, existían varias opciones: Que me enamorara de otra persona, que él nunca llegase o que muriera antes de encontrarlo o ser encontrada.

-Mamá, papá... ¿Qué les pasa? -pregunté con voz irónica, ellos estaban asustados y yo dudaba de lo que iba a hacer aunque... No, no dudaba, me alegraba lo que iba a ser, sonaba sádico, sí... Pero genial, sonaba realmente genial. Luego de mis diecisiete años sufriendo al lado de ellos me sentía realmente bien de sólo pensar lo que les iba a hacer... Matarlos. Experimentarían el dolor más grande de su vida, y provocado por mí.

-¡N-no te acerques! -exclamó mi padre, colocándose al frente de mi madre, mirándome con ojos de asesino. Mi reacción fue mover lentamente mi cabeza de lado izquierdo y mirarlo sin comprender ¿Quería el ser el primero? ¡Con muchísimo gusto!

Me abalancé sobre el, hacia su cuello, mordiéndolo fieramente y aunque el hizo varios intentos de empujarme, no pudo, poco a poco se fue rindiendo y perdiendo fuerzas. Cuando me tomé hasta la última gota, fui a por mi madre. Estaba en un rincón de mi habitación, llorando, y tapándose la cara mientras me gritaba "¡Asesina, Asesina!" y negaba con la cabeza mientras lloraba y miraba el cadáver de mi padre.

-Lo siento madre... Pero tú y mi padre me hicieron sufrir mucho, ahora verán lo que es sufrir -fueron las últimas palabras que le dediqué a mi madre antes de abalanzarme contra ella directamente a su cuello, disfruté cada gota de sangre que extraía de ella, era un tipo de sangre dulce, apetitosa, no podía desperdiciar si quiera una gota.

Luego de haberlos matado a ambos, miré mi habitación, lo dejé allí tirados y salí por la ventana, en busca de mi inmortal.

-Datos Extras:
*Le gusta el rock clásico
*Le gusta conocer a su víctima antes de matarla o convertirla
*Puede pasar por humana


Nota: creo que me equivoqué en las fechas... x_x no soy muy buena en mate, sorry xD
ah! y la historia... WoW! mi lado sádico XD q horror yo no le hago eso a mis padres! que horror que horror xD

:O increible historia ^^

Ficha Aceptada*