A lo mejor esto se pasa de la ralla de la diversión… [Para todos los que quieran]

Sinceramente nunca me habian gustado las discotecas. Una vez habia visitado una...y ,aunque yo sali de allí satisfecha, nadie mas salio de allí. Aquella noche era diferente. Habia comido hasta hartarme para no causar ninguna desgracia. Me puse un vestido, que anteriormente habia robado, de color cava. No me habia quitado la piel blanca que llevaba a la espalda. Otro de esos regalos que no te quitarias jamas. Mi pelo, alborotado como siempre, cai en cascada por mi espalda.
Al entrar en la discoteca el olor a sangre infectada de alcohol me aturdio. Me acerque a la barra. Debía hacerme pasar por una humana corriente y, aunque el alcohol no me afectaba ni lo mas minimo pedi un martini seco. Me movi por toda la discoteca con discreción. La gente bailaba a mi alrededor mientras yo le daba sorbos estupidos a mi bebida. Me sente en un sofa con los pies en alto y mire como todos bailaban al ritmo de una musica repetitiva.
-¿Que narices hago yo aqui?-susurre para mi misma. "No tenia nada mejor que hacer" pense. Una imagen se paso por mi cabeza. "Niala, aquella bruja del casino estaba tambien en la discoteca apollada en la barra" Tampoco iva a levantarme para ir corriendo a buscarla pero pasee la mirada por la discoteca por si la veia.

¿Una discoteca? ¿Qué diablos hacía metida en una? bueno, hoy era un día para hacer locuras, a demás, podía encontrar un vampiro por aquí... Aunque claro, era muy, muy poco probable que fuera mi inmortal. ¿Y qué pasaba si yo me enamoraba de otra persona que no fuera él? esa también era un opción... ¡Bueno ya!, tengo que dejar de pensar en ti, si es que estás "vivo". Tengo que dejar de hacerlo o me voy a volver loca. Justamente para eso vine aquí, para ver si te olvidaba o... O para ver si te encontraba.

Me adentré a la discoteca, el tipo que daba los permisos de entrada, me miró dudativo, quizás preguntándose si sería buena idea dejarme entrar, pero yo le hipnoticé con la mirada e hice que este me dejara entrar con una sonrisa, detrás de mi, otro par de gente, aunque luego se acabó el efecto y rompí el corazón de miles.

Reí por lo bajo, saliendome con la mía- ¡Já! no es más que un hombre sin suerte... -murmuré tan bajo que sólo otra persona de mi raza podría oírme. Me alegré otra vez de ser vampiro, tenía muchísimas ventajas.

Hoy era una noche para hacer... Loqueras, maldades, incluso podría hacer un striper, aunque sería como excesivo e impropio de mi. Bueno, ésa era la idea, comportarme de manera muy impropia. Me acerqué a la barra y pedí un trago, el chico de la barra me dirigió la misma mirada que el de la entrada, suspiré de mala gana, ¿Qué? tenía 95 años, podía entrar a un lugar así si quería. Le sonreí pícara, este se sonrojó y se volteó rápidamente, para traerme el trago- Gracias, hermoso... -dije con voz pícara y sexy, era una voz imitada a la perfección. Muchos años de práctica.

No me había fijado de quién estaba al lado mío, era el típico olor a bruja. Una bruja muuuy sexy- Hola -dije, para luego tomar un sorbo de mi bebida alcohólica, no le encontraba sabor alguno, pero aún así, sentía el pequeño ardor en mi garganta.