Nostalgia (Selenne)

Perdido como siempre se encontraba recostado a la orilla de un gran lago que jama savia logrado encontrar, a la luz del sol mis ojos lloraban por si solos, nunca lograba acostumbrarme a tanta luz. Yacía completamente inmóvil sobre el frondoso césped, con la camisa abierta y remangada exponiendo los brazos al sol, no podía dejar de pensar en cosas que jamás tomaban importancia en mi vida, como la familia o los amigos. Soplaba un brisa suave que alborotaba todo a mi lado, extendí mi manos sobre mi cara para apartar el sol de mis ojos, una sonrisa curvo mis labios y me levante nuevamente con los ojos un llorosos.
- como puedo pensar tantas cosas en un momento así
Me replique a mi mismo secándome los ojos, vi que lloraba y por primera vez sentí que era normal, parecido a un humano, puse las lagrimas a centímetros de mi rostro ¿era la primera vez que lloraba? No lo recordaba, me senté totalmente inmóvil, en ese momento sentí que era lo único que existía en el lugar

Desde que vivia en aquel lugar no había echo más que dar vueltas por ahí, y ya me lo conocía todo como la palma de mi mano.
Aquel día, caminando sin rumbo, pude notar como llegaba de nuevo al lago en el que días antes había perdido el colgante, a pesar de que lo recuperé después. Suspiré audiblemente, aburrida. Miré el agua unos instantes y decidí sentarme y ver a la gente que caminaba alrededor. Era algo excitante fijarse en las caras y los rostros de todos, adivinando que pensarían. De pronto, a lo lejos, pude ver a alguien demasiado conocido para mi. El rubio con el cual había compartido mil veces mis lios y problemas. Mordí mi labio divertida, hacía siglos que no le veía, Caminé hacia él por detrás y cuando estube a solo un paso aclaré mi garganta para llamar su atención. -¿No te han dicho que es un peligro público que estés de esa forma tan sexy aquí sentado? Podría pasar cualquier viejecita y perder el control-. Comenté con diversión, para agacharme junto a él.
En ese momento me di cuenta de que lloraba... -¿Qué te pasa?-. Pregunté con suavidad, preocupada.

Pensé que estaba solo, solo por eso deje mis lagrimar correr, pero me equivoque por que ya junto a mi se encontraba mi compañera de líos y travesuras, Selenne, ¿podría tener peor suerte? No lo creo. Seque mis lagrimas los mas rápido que pude y mis labios sonrieron ampliamente con despreocupación como si nada sucediera un tenue rubor en mis mejillas.
-no me sucede nada, no te preocupes son solo pensamientos idiotas que controlan mi mente.
Estire la mano para pasar un mechón de su pelo por detrás de su oreja, mis ojos aun estaban llorosos pero pretendí no darle importancia. Al mirarla logre ver la preocupación en su rostro, no se olvidaría tan fácilmente.
- y sobre las señoras no creo que pierdan el control, son algo mayores
Dije como un murmullo suave en su oído, aunque estuviera sumergido en el dolor de los recuerdos jamás perdía tiempo para una pequeña bruma con una buena compañera y aunque mi sonrisa relucía al ver mis ojos aun se podía observar el dolor.

Sus palabras no me sonaron del todo sinceras, pero no quise indagar en la llaga. Retiró un mechón de mi pelo y yo le sonreí con suavidad. Me preocupaba el echo de que él estubiese mal, pero sabía que no me contaría nada, le conocía a la perfección, cuando mencionó a las viejecitas me reí. -Bueno, esque vuelves locas a todas... no importa la edad... y encima te pones a provocar... pues ya me dirás tú-. Comenté riendo mientras negaba con la cabeza.

Sonreí al escucharla hablar, si había alguien que podía levantarme el animo fácilmente era ella ya que con solo una sonrisa me volvía la felicidad al cuerpo. Me pare para limpiarme la ropa que estaba llena de maleza y pasto, el sol aun brillaba y calor sofocante nos rodeaba, mire a Sele con una mirada de picardía.
- Selenne ya que para ti yo vuelvo locas a las mujeres que tal si te potenciamos para volver loco a los hombres, mira ven tengo una idea.
Me agache para acercarme a su odio y le susurre una gran idea que vino a mi mente.
- por que no nos bañamos en el lago
Le propuse finalmente con una sonrisa de oreja a oreja, esperando ansioso su respuesta.

-Yo ya los vuelvo locos cariño-. Murmuré con diversión mientras me levantaba con él. Se acercó a mi oido y ante lo que dijo sonreí divertida. -Me encanta esa idea... pero si me ahogo tendrás que salvarme, porque no se nadar muy bien... ya sabes, prefiero el fuego-. Me reí nuevamente y le tomé de la mano, caminando hacia el agua con él

Off: Perdona la poca inspiración u_u

Off: no importa xD

Sonreí al escuchar tales palabras, en realidad Sele era un bombón pero por esas cosas de la vida siempre la vi como a una amiga y compañera de problemas, y eso ya era muy extraño por que la mayoría de las chicas solo las veía con algo delicioso, además de que con ella compartíamos la misma adicción: el fuego.
- jajja creo que tienes razón, pero el agua tiene sus ventajas.
Dije con una sonrisa picara mientras me sacaba la polera y los zapatos, aun no savia como Sele podría bañarse y esperaba ansioso como seria su actuación en este lugar.
- Ey! Sele y que asías aquí, acaso ¿me espiabas?
Dije irónicamente arqueando una ceja.

Le miré quitarse la camiseta y las zapatillas, y me quedé mirándole. Vale, era sexy, más que eso, pero nunca le había visto de tal forma. Muchas veces me había quedado mirándole como aquella, dado que tenía un cuerpo que a más de una gustaría mirar, pero la cosa no iba más alla del deseo, solamente me limitaba a alegrar mi vista un poquito, para después poder bromear sobre la baba de las chicas alrededor. Escuché lo que dijo y rodé los ojos riendo. -¿Qué ventaja? ¿Qué una acosadora loca de Christopher Harrison me quiera descuartizar al verme en el agua contigo? Creo que esa ventaja es solo para ti bonito-. Bromeé riendo aún.
Me quité la camisa, quedando con una fina camiseta interior de color verde, con dos lacitos pequeños en cada uno de sus tirantes. Poco después me quité el pantalón y las zapatillas, quedando en coulotte. No era algo demasiado extraño, dado que la gente iba a las piscinas en bikini y tapaba menos que mi ropa interior. Me reí ante lo que dijo y asentí nuevamente. -Ya sabes queme vuelves loca Chris... no podría dejar de espiarte jamás-. Bromee nuevamente mientras le ponía ojitos, para después reir. -No, me he mudado aquí... hace poco-. Finalicé después mientras miraba el agua.
-El último... es una rana podrida-. Grité, como si fuese una niña pequeña y eché a correr hacia el agua.

La miraba a hurtadillas mientras se sacaba la ropa ¿podía ser mas sexy? No lo creo, resaltaba por mucho a las otras chicas que se encontraban por estos lugares y era obvio que llamaba la atención de todos los hombres. Mientras la miraba escuchaba atento las palabras que salían de sus sexys labios.
-Sabes que la ventaja es otra, con ropa no te puedo ver así.
Dije con una voz bastante sexy que solo me salía cuando hablaba muy enserio, le guiñe un ojo sonriendo, solíamos hacer bromas así a menudo creo que por eso siempre hemos tenido problemas con los demás.
- yo que quería que me siguieras, de verdad me entristece mucho
Dije bromeando, en ese momento despegue la mirada de Sele y cuando volví a verla ella ya se encontraba corriendo ¿sexy no? Además de que parecía una niña muy guapa diciendo “El último... es una rana podrida”. La perseguí corriendo con todas mi ganas asta que la atrape antes de llegar al agua, la subí en mi hombros sonriendo.
- Así no me ganaras nunca
Dije riendo como un niño, ase mucho que no me sentía como en los viejos tiempos.

Me miraba, como muchas veces antes, pero no le di importancia, siempre estabamos con esas bromas, y en realidad es que era como un hermano para mi, dado que le había visto como su madre lo trajo al mundo en varias ocasiones, sin ningun pudor al mirarle.
Alcé las dos cejas de forma divertida al escuchar su primer comentario y solté una leve carcajada. -Esque nosotros lo valemos, querido Harrison-. Murmuré, refriendome a que ambos estabamos muy buenos, si, yo lo decía de mi misma en varias ocasiones, puesto que estaba muy contenta conmigo misma.
Me encantaba el echo de que me hubiese encontrado con él, puesto que era el único con quien me sentía agusto del todo. -Siempre te seguiré precioso-. Comenté mientras le daba un beso en la mejilla, para seguidamente echar a correr. Sabía perfectamente que él corría mucho más que yo, y no tardó en alcanzarme. Me alzó sobre sus hombros y me reí nuevamente. -¡Ey! ¡Eso es traaaampa!-. Me quejé mientras pataleaba.

- ¡no es trampa¡ pero esto si
Dije usando uno de mis poderes para atraer el agua asía ella y congelando sus pies, pero Sele usaba el fuego así que no se demoraría mucho en llegar asta mi lado y estaba muy seguro de que esto se transformaría en una guerra de magia, un show gratis para los espectadores y diversión máxima para mi. Me lance al agua, que pos cierto estaba bastante fría como para ser un día tan caluroso esperando la respuesta de Sele, le lance un beso divertido.
- Ves Sele siempre gano y las trampas lo asen divertido
Dije con tono muy bromista mientras que veía que todas las miradas se enfocaban en mi, los chicos cono ojos de odio y las chicas tenían ya un cartel el rostro que decía “que guapo” un pude evitar reír.

Congeló mis pies en el momento en el que dije lo de la trampa y le miré mal. No tardaron en descongelarse, puesto que el fuego era mio. Corrí tras él y me metí en el agua, la cual estaba totalmente helada, temblé un poco pero seguidamente me tiré sobre su cabeza, para hundirle. -Nadie le hace trampas a Selenne Di Rossi, jovencito-. Murmuré riendo mientras me alejaba de él después de hundirle. Miles de personas nos miraban desde lo lejos. Las chicas le miraban a él con admiración, en cambio a mi con odio y envidia. Los chicos eran al revés. Les saqé la lengua a todos y me giré nuevamente para hacer burla a Christopher.

Sele se lanzo sobre mi e incluso así podía sentir las miradas sobre mi pero estaba seguro de que Sele se las ingeniaría para alejarlas, era un chica de carácter fuerte y no se dejaria intimidar. Cuando estaba bajo el agua algo se me ocurrió para bromear ¿hacerme el muerto? Quizás seria muy extremo pero se daría cuenta de que era broma ¿no?, estire mis piernas y manos aguantando aun mas la respiración y flotando por sobre el agua.

¿El intento de hacerse el muerto conmigo? No colaba, nunca había colado. Me acerqué a él divertida -Vamos Chris... sabes que nunca ha colado eso conmigo-. Murmuré metiendo su cabeza bajo el agua, pero aún así no dejó de hacerlo. Alcé las dos cejas pensativa, sonriendo con desdén. -Tu lo has querido-. Comencé a hacer cosquillas en su abdomen, sonriendo con maldad fingida. Le quería y nunca podría hacerle nada malo, además de que sabía que de aquella forma, no podría aguantarse mucho.

Debería tomar clases de actuación ya que Sele no cayó ni por un segundo, algo decepcionado levante mi cabeza para tomar aire mientras ella me hacia cosquillas, algo que ella no savia es que eso ya no me causaba nada, antes de hundirme me puse frente a ella con una sonrisa maligna.
- no es divertido si no caes en mi juego
Le bese la mejilla rápidamente de forma muy inesperada y antes de que pudiera hacer algo en mi contra volví a hundirme pasando entre sus piernas levantándola desde mis hombros, desde luego que era seguro ya que ante cualquier problema amortiguaría el golpe con el agua que estaba bajo mi control.
- me venganza será dulce Sele, que prefieres ¿que te lance asía adelante o asía atrás?
Le pregunte bromeando ya que no era capaz de dañarla, era mi hermana perdida y no me perdonaría a mi mismo hacerle daño.

Era imposible... ¿Ya no tenía cosquillas? Le miré derrotada mientras hacía un pequeño puchero. Se colocó frente a mi y me miró con cara de niño malo, sonriendo con maldad. Me reí ante lo que dijo y negué con la cabeza. Inesperadamente me besó en la mejilla, hundiendose bajo el agua esta vez. Giré sobre mi, mirándo a través de ésta para ver si le veía por algún lado, pero no le encontraba. De pronto noté como se metía entre mis piernas, para poco después alzarme sobre sus hombros, sacándome del agua por completo. Mis manos automaticamente se colocaron sobre su cabeza. -¡Oye!-. Me reí mientras temblaba a penas, intentando mantener el equilibrio. Ante su pregunta abrí la boca, fingiendo sorpresa. -No, no me tires-. Amenacé bromeando aún mientras reía, sin poder parar de hacerlo. Él era uno de mis mejores amigos, todo había que decirlo, y me encantaba estar con él, puesto que mis problemas desaparecían.